Los estímulos nerviosos formados
en la retina son enviados al cerebro a través del nervio óptico. El nervio
óptico es como un "cable" con un millón de fibras que conecta la
retina con la corteza visual del cerebro. Es precisamente en la corteza
cerebral donde se termina de integrar el proceso visual.
La visión se divide en dos
partes, la visión central y la visión periférica. La visión central es la que
nos permite ver algo puntual. Está formada por las fibras que provienen de la
mácula, que es la parte central de la retina. Por ejemplo, cuando leemos,
nuestra mácula envía al cerebro cada una de las letras que componen la palabra.
Con la visión periférica
observamos todos los objetos que rodean a la visión central. Por ejemplo,
cuando miramos el ojo de una cerradura, simultáneamente vemos la manija, la
puerta, el marco, etc.
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